2011/09/06

VECINOS: LO PRIVADO, LO PÚBLICO



Este proyecto toma como eje una comunidad de vecinos. Un ente con muy mala fama.
A día de hoy se entiende una comunidad de vecinos fundamentalmente como un organismo de queja, de puesta en común de los problemas y malestares de la escalera. Las reuniones de vecinos se hacen en el portal y todo el mundo quiere que acaben cuanto antes. Si no hay problemas duran poquísimo, aunque habitualmente es imposible llegar a acuerdos entre los vecinos...
Sin duda se llevan más o mejor fama tienen las comunidades virtuales, las redes de personas con algún tipo de afinidad, a gran escala, las redes sociales. Esto está bien, son herramientas que utilizamos para conocer gente, saber lo que piensan, informarnos y aprender, entretenernos, no sentirnos solos... A veces conocemos a alguien interesante y en vacaciones hacemos un viaje extraordinario para conocernos y visitar otro lugar... ¡Está muy bien!
Pero este proyecto quiere poner en relación a una comunidad de vecinos. Sí. Los vecinos de los 27 inmuebles de un portal urbano, el nuestro. Puede que seamos unas 70 personas.
Un pequeño pueblo dentro de nuestra pequeña ciudad.
Nuestros vecinos viven al lado nuestro. Oímos sus conversaciones y sus televisores a través de los techos y las paredes. Les saludamos en el ascensor y en la calle y charlamos con ellos poco, lo justo. Les conocemos poquito, casi no nos atrevemos a pedirles un huevo o un limón que necesitaríamos para prepararnos la cena.
Somos más bien herméticos a ellos. Nunca hacemos planes. Que los niños jueguen juntos, intercambiar libros o películas, organizar una barbacoa en la terraza el domingo... ¡Es impensable!
La verdad es que en general nos caen bien pero con eso nunca es suficiente. ¿Cuántas barreras hay que derribar para tener más relación con esos desconocidos?
Sabemos que estas personas viven al lado. Podríamos pasar 20 años viviendo puerta con puerta sin traspasar nunca las puertas ajenas, sin entrar en sus casas. Cada uno metido en su hogar. Propiedad privada: hogar, dulce hogar, inexpugnable. Entonces este proyecto no tendría ningún futuro... Desde la mirada de una niña este encapsulamiento no tiene sentido.. Nuestra hija habla con todos los vecinos y vecinas, derriba barreras.
La verdad es que somos capaces de imaginar mucho más allá, y por eso queremos cambiar el modelo. Permeabilizar las paredes. Componer un marco de relación y apoyo mutuo entre vecinos. Un prototipo en nuestra escalera.
También debemos desvestir juntos esa imagen de las comunidades rurales en las que el conocimiento mutuo entre las personas se torna control social. Inventar nuevos modelos. Mejorar las relaciones. Procurarnos bienestar los unos a los otros recíprocamente, saber que podemos contar con nuestros vecinos.
En tiempos de crisis hay que aguzar el ingenio. Hay que ayudarse. Hay que conocerse. ¡Pongámonos manos a la obra!

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